Esta es la pregunta que me hacen las personas que andan en la calle como en esas películas de zombies, sin orientación o rumbo, que buscan desesperadamente una respuesta adecuada a sus angustias y necesidades ante ésta realidad política y social que estamos viviendo y que se ha convertido para la mayoría de los venezolanos de bien, en una pesadilla que pareciera no tener un fin. Algunos no creen en la Mesa de la Unidad Democrática, otros dicen que para que ir a votar con el mismo CNE que nos robó las elecciones del 14 de abril, otros me dicen que quisieran despertar un día y que Maduro sólo fuera una terrible sueño.
Consigo también gente que quiere activarse y no sabe como, que quiere ayudar y no sabe donde ir pero que saca energía de donde sea y no permite que le desmoralicen ni le diga que todo esta perdido. Es la gente que apoya cualquier protesta, que conversa en las colas de los supermercados sobre realidades y que hace el trabajo de hormiguita en su trabajo, con sus vecinos, en su comunidad.
Ya tiene su Habilitante. ¿Para que? Si ya tenía todo el poder. El Parlamento, las Instituciones, todos responden como súbditos al ejecutivo. Lo que cambia la Ley Habilitante es que las arbitrariedades inconstitucionales que vendrán, serán “legalizadas” a través de “decretos leyes”que Nicolás firmará como tarjetas de Navidad. Esto no lo digo para que se desanime el lector, sino para que tome conciencia de lo que viene y se a prepare , pero no en su casa, comprando papel toilet y harina pan, sino que este listo para defender sus derechos y libertades desde su tribuna, aportando su granito de arena todos los días sin desfallecer e incluso ir más allá, anotándose en actividades en sus comunidades, colegios, universidades, en fin, póngase a la orden de quienes pueden orientarlo de como ser útil y proactivo en la lucha por regresarle a nuestro país el Estado de Derecho y la gobernabilidad democrática perdida.
Salga a votar el 8 de diciembre. Vote pensando un su futuro. Visualice a Venezuela con 335 alcaldes rojos rojitos y visualicela con gente demócrata. Piense en un país sin odios, sin discriminación, sin polarización, donde cada quien se ocupe de crecer intelectual y laboralmente y todos tengamos las mismas oportunidades de bienestar social y económico, sin que le manipulen su conciencia o lo uniformen de rojo. Piense en sus hijos y nietos. Piense que ellos tienen derecho a vivir en un país libre donde puedan escoger sin amedrentamiento y manipulación por adoctrinamiento lo que quieran ser. Piense en el mejor gestor para su comunidad, que es lo que usted escogerá el 8 de diciembre y recuerde lo peor que nos puede pasar como pueblo es que nos desmovilicen desmoralizandonos o amedrentandonos. Miedo debe darnos que estos tipos cundan de rojo el mapa territorial y no haya fuerza política y ciudadana para enfrentarlos. Venezuela es de todos los venezolanos, sin distinción de raza, credo, o parcialidad política. Usted amigo, es el protagonista de esta historia.