El Nacional.- La
madre de Marco Coello, Dorys Morillo, explicó en una carta abierta las
razones por las que su hijo decidió irse del país. Enfatizó que el joven
no se fugó, sino que se fue para buscar protección internacional.
Criticó
la forma en que se ha llevado el caso de Leopoldo López, Coello, Ángel
Álvarez, Demian Martínez y Christian Holdack. Señaló que el 26 de agosto
se presentaron varias pruebas que demostraban la inocencia de su hijo,
pero el tribunal que lleva la causa prescindió de éstas.
Instó
a Coello a que continúe con su estudios y sea libre. "Deja en alto tu
nombre, nuestro nombre, el de nuestro país", expresó.
Para leer la misiva completa:
Mi hijo Marco ni huyó, ni se escapó, ni se fugó. Salió por el principal aeropuerto del país, en busca de protección.
Se
fuga el que está privado de libertad y ese no es el caso de Marco. Solo
hay un incumplimiento de una medida cautelar otorgada por un tribunal
de juicio en circunstancias muy especiales, luego de los daños físicos y
psicológicos sufridos durante las primeras horas de su irregular
aprehensión y de siete meses de injusta detención en la sede de la
Policía de Chacao.
Marco
se fue del país buscando fuera de nuestras fronteras la protección que
el Estado Venezolano no logró proveerle. Aún así, toda Venezuela es
testigo de que se confió en el sistema hasta el último momento. No es
secreto que Marco Coello asistió de manera estricta y puntual a todas
las audiencias y que él de manera responsable cumplió con todos los
requisitos que impone la ley en un caso como este.
Es
incomprensible cómo pruebas tan contundentes, que ya habían sido
previamente aceptadas, fueron rechazadas de manera sorpresiva, lo que
dio a entender que más allá de lo demostrado, la condena estaba escrita.
No
solo le cerraron las puertas a las evidencias de su inocencia, sino que
de manera inexplicable todo el proceso de juicio fue sujeto de un
repentino e inesperado proceso de aceleración, que buscó llegar
rápidamente a la fase conclusiva, cuando una semana después los
representantes del Ministerio Público solicitaron a la juez de la causa,
con argumentos, pero sin pruebas, que los implicados fuesen condenados.
En
esa misma fase conclusiva, la defensa de Marco Coello, de manera
impecable y en cohesión con los otros profesionales del derecho que
acompañaron al resto de los imputados, dejó una vez mas en evidencia
que no existe vinculación política ni de ninguna otra índole, entre los
jóvenes y Leopoldo López; que los imputados, como jóvenes que son,
acudieron a la marcha del día de la juventud, sin ninguna otra
motivación que esa; y que no infligieron ningún daño ni a las patrullas
del Cicpc, ni a la sede de la Fiscalía.
La actuación de la defensa de Marco Coello, no solo demostró su inocencia, sino la de todos los imputados.
Hoy todas las partes involucradas en el juicio saben que cualquier veredicto diferente a la inocencia es contrario a la verdad.
También
se confió en el Estado cuando se denunciaron ante todos los organismos
competentes las violaciones a los derechos fundamentales a las que fue
sometido Marco cuando fue aislado, golpeado y rociado en gasolina, sin
recibir nunca una respuesta capaz de resarcir a la víctima, ni de
castigar a los culpables.
Aún
así, no solo como madre, sino como integrante de la defensa técnica de
Marco, tengo la convicción de que acá no cabe otra sentencia que la
absolución de todos los cargos de los que son acusados cada uno de los
imputados.
Ni
él, ni nosotros somos políticos o estamos en política, solo somos
ciudadanos venezolanos respetuosos de la ley. Por eso hoy más que nunca,
Marco Aurelio, y sus familiares asumimos el reto de seguir luchando por
demostrar su inocencia y por exigir justicia no solo en nuestras
fronteras, sino en cualquier instancia internacional en la que puedan
ser resarcidas las violaciones de los derechos fundamentales a los que
ha sido sometido en una causa que cada vez más se aleja de la verdad,
para dejar en claro que su único matiz es el de la política.
Marco,
tu situación es incierta, pero tu destino es claro. Sé libre y usa esa
libertad para fortalecer con estudio y preparación lo que ya eres: un
hombre de bien y un ciudadano ejemplar. Deja en alto tu nombre, nuestro
nombre, el de nuestro país.