El sábado 18 de agosto de 2013 se llevó a cabo en Caracas una manifestación para pedir la liberación de los presos políticos, en especial la de Iván Simonovis, quien está gravemente enfermo, así como también denunciar ante la Fiscalía General de la Nación el respeto de los derechos humanos de los también perseguidos por causas políticas.
Algo que ha caracterizado al régimen Castro comunista que “gobierna” en Venezuela, es la persecución a todos aquellos ciudadanos que lo han adversado o que simplemente han cumplido con el deber que les imponía su cargo, tales son los casos del Comisario Simonovis, y los policías metropolitanos Héctor Rovaín, Luis Molina Cerrada, Erasmo Bolívar, Marcos Hurtado y Arube Pérez Salazar. José Amalio Graterol abogado de la juez Afiuni. El periodista Leocenis García, hoy en día con su vida en peligro en un calabozo del SEBIN.
Sólo son mencionados casos emblemáticos de los cientos que existen, la gran mayoría olvidados o desconocidos por un pueblo que ha demostrado tener una memoria corta, comodidad, conveniencia, o sencillamente temor. Todo lo anterior ante un régimen que cultiva la autocensura, excelsa forma de control a la libertad de expresión, con cuya aplicación mantiene sumisa a la población.
Es preciso recordar que durante el Paro Cívico de diciembre 2002- enero 2003, si bien las manifestaciones fueron apoteósicas, pocos los sectores que asumieron la protesta con disciplina. La gente parece haber olvidado que le pedían a gritos a Carlos Ortega, Carlos Fernández y a Juan Fernández “Paro indefinido ya”, mientras todo el mundo quería cine, fiesta, restaurant y centros comerciales abiertos, es decir continuar con la vida normal, sin entender el significado de lo que habían exigido. Todo lo anterior ante un gobierno que hay que admitirlo, supo resistir. Al final aquellos líderes a quienes tanto les fue clamado han sido convenientemente olvidados y hasta maltratados, sino que lo diga Carlos Ortega abandonado por sus compatriotas en Perú.
La asistencia al entierro de Franklin Brito fue vergonzosamente menguada, de los Guevara pocos se acuerdan. La manifestación para solicitar la liberación de los presos políticos, llevada a cabo en la citada fecha tuvo muy poca asistencia y solo unos pocos bocinazos por parte de los transeúntes. Es poca la gente que al referirse a los policías injustamente presos por el Caso del 11 de abril, 2002, los menciona por su nombre. El cáncer ha hecho estragos en quienes están siendo objeto de la persecución política.
En un país en el que cada día muere un poco más la libertad de expresión, y se ahonda el colonialismo Castro comunista, la falta de memoria y solidaridad humana por parte de su pueblo le hace un flaco favor a la lucha por la recuperación de nuestra libertad. Nadie pide a los ciudadanos que se inmolen; solo es necesario recordarles que la defensa de sus derechos es un deber insoslayable. Que en un país libre y soberano NO HAY PRESOS NI PERSEGUIDOS POLÍTICOS.
Mercedes Montero
Columnista de Opinión
mechemon99@yahoo.co.uk
Mercedes Montero
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