Otra vez Praga. Así quiero comenzar este
articulo luego de haber compartido junto a Leopoldo López, Coordinador Nacional
de Voluntad Popular, 4 maravillosos días en ese Foro Internacional que aglomera
a intelectuales y políticos del mundo para debatir lo que al Presidente Vaclav
Havel su fundador, tanto le preocupó: el futuro de las sociedades
y las democracias. Este año, Fórum 2000 contó con la presencia de
3 Premios Nobel de La Paz a los que no solo tuvimos
la feliz oportunidad de escuchar, sino que también estrechamos sus manos
y trajimos sus mensajes para Venezuela.
SS El Dalai Lama, Aung San Suu Kyi y Frederik De Kleck
estuvieron debatiendo además de sobre las transiciones en sus países y el rol de
las sociedades para generar los cambios, también conversaron sobre los valores
que compartimos quienes día a día luchamos por la libertad y los Derechos
Humanos para que este mundo sea más igualitario, más solidario y
equitativo. Hubo una palabra clave que quedó sustentando las
diversas opiniones expresadas a todo lo largo de la conferencia: Respeto.
El respeto como actitud ante la vida fue un punto de encuentro señalado
no sólo por estas 3 personalidades sino por todos los que participamos en los
distintos paneles que se llevaron a cabo, cuya exigencia determina la línea de
partida del despertar de las sociedades que luego las llevará a
provocar pequeños, medianos o grandes movimientos de cambio que terminan
conquistando derechos y libertades perdidos. El respeto por el
derechos de los demás, el respeto a nosotros mismos, el respeto a lo que cada
quien es, al reconocimiento de la diversidad del ser humano, a los sentimientos,
a las costumbres y tradiciones, y sobre todo, a la libertad de pensamiento y de
expresión, son el motor que mueven las transiciones de regímenes absolutistas o
totalitarios hacia la democracia.
Frederik De Klerk, ex presidente de Sudáfrica y quien junto a Nelson Mandela condujeran a ese país por el camino de la tolerancia y al fin del apartheid racial que vivían los sudafricanos, contó su experiencia sobre como impulsar los cambios en las sociedades desde adentro, en la importancia de no abandonar los espacios de participación democrática mientras los haya por ningún motivo y el necesario soporte legal que se debe hacer en cada uno de los avances de las sociedades en transición hacia la democracia.
Quizás pocos venezolanos conozcan la historia de Aung San
Suu Kyi, una mujer de extraordinaria serenidad, sencillez y simpatía, que
caminaba de forma frágil por los pasillos de la conferencia envuelta entre una
nube de gente que querían acercarse, tomarle fotos,
saludarla. Sumando el total de los años que Aung San estuvo bajo
arresto domiciliario, fueron casi 22 luchando contra la dictadura
en su país. Recibió el Premio Nobel de La Paz, también el Premio Sajarov, el
Premio Eleonor Roosevelt y el Premio Internacional Simón Bolívar en el año
1992. Quizá por esto cuando tuvimos la oportunidad de saludarla y
presentarnos, Aung San Suu Kyi nos dijo que conocía y seguía con mucho interés
la situación venezolana. Tuve la oportunidad de expresarle mi
admiración y decirle que la mujer venezolana estaba como ella, dando una lucha
férrea por los derechos y las libertades en nuestro
país.
Otra vez Praga, la ciudad donde se respira libertad y
tolerancia, donde los venezolanos demócratas hemos conseguido siempre
amigos preocupados por nuestra situación, nos brindó
la oportunidad de recordarle al mundo sobre la situación de los
presos y perseguidos políticos, expresar nuestra preocupación por
la asfixia a los medios de comunicación y la censura que se ha impuesto para
acallar la protesta y el desastre económico y social que se está
viviendo. Gracias a toda esa gente que con gran capacidad de
trabajo, inteligencia y olfato político tomaron las riendas de La Fundación
Fórum 2000 y decidieron continuar con el trabajo de su Fundador: Vaclav Havel.