11 dic 2013

Tamara Suju Roa: La Historia sin fin

Como todos los años en esta misma época, los familiares de los presos y perseguidos políticos guardan esperanzas de que a los  representantes  del régimen los envuelva el espíritu de la Navidad que de alguna forma todos sentimos estos días  y se conmuevan con las calamidades que sufren nuestros “injustamente encarcelados por motivos políticos” y les den su libertad, bien sea a través de una Ley de Amnistía, una medida humanitaria o que simplemente se cumpla la Ley y les otorguen las medidas alternativas por cumplimiento de pena que todos deberían haber obtenido desde hace tiempo.
Es muy triste ver como pasan los días de este mes y llega Enero y no pasa nada, y estas familias, estos hijos, esposas, hermanos se quedan esperando que su familiar preso llegue a casa.  Así han pasado 11 años, en el caso de los Policías Metropolitanos Erasmo Bolívar, Marcos Hurtado, Arube Pérez, Héctor Rovain y Julio Rodríguez ,  10 años en el caso del Comisario Iván Simonovis, y  9 años en el caso de Otoniel, Rolando y Juan Guevara.  Sus hijos ya son grandes, sus esposas lucen rostros de cansancio y soledad pero siguen batallando por conseguir la justicia que no llega y siguen tratando de preservar la unidad familiar que tan difícil se las ha puesto este gobierno.
Sus compañeros de celda, que obtuvieron medidas humanitarias por enfermedad, siguen enfermos. Y lo que más indignación da, es que sus familiares y abogados deben demostrar regularmente en el respectivo tribunal, que continúan enfermos para que no les revoquen la medida humanitaria otorgada.
La ministro de asuntos penitenciarios Iris Varela, dijo esta semana que la Juez María Lourdes Afiuni quebrantó el beneficio de libertad que le otorgó el Tribunal  por motivos de salud: “ya se curó, ya cesaron las condiciones que motivaron la medida humanitaria”, dijo la ministro.  Es decir, según la ministro, la Juez debería volver a la cárcel.  Me pregunto que ha pasado con las denuncias que la Juez Afiuni hizo en su libro sobre las torturas y violación sufridas durante su reclusión en el Instituto Nacional de Orientación  Femenina (INOF).  ¿Sobre esto no hay investigación? ¿Es a ésta misma cárcel donde piensan regresarla? ¿Quien se hará responsable de la vida e integridad física de la Juez? Tampoco debemos olvidar que en el transcurso del juicio y antes de que se paralizara por inacción de  la fiscalía y volviera a sus inicios, la misma no pudo probar que la Juez era culpable de las acusaciones por la cual es juzgada. Ningún testigo declaró  en contra de la Juez Afiuni. El próximo martes 10 de diciembre, María Lourdes estaría cumpliendo 4 años sin juicio, de los cuales ha pasado  1 año y 2 meses privada de libertad en la cárcel, 2 años y 5 meses con la medida cautelar de casa por cárcel y 5 meses en libertad condicional.
También dijo la Ministro en el caso de Iván Simonovis: ” lejos de pedir por un asesino convicto y confeso como Iván Simonovis, pediría por esos policías que fueron arrastrados por ellos a esa situación terrible”.  Es decir, Iván Simonovis no goza de los mismos  derechos constitucionales que deberían tener todos los venezolanos, por lo que  las  medidas cautelares por tiempo de pena cumplida y  la medida humanitaria por enfermedad, no está según este régimen a su alcance, ya que al parecer se le aplica la justicia penal del enemigo.
Diciembre es época de adviento. Época de generosidad, de perdón y reconciliación. Abrazamos a nuestros amigos, a nuestros vecinos, conocidos, pero lo que más anhelamos es pasar estos días con nuestras familias y seres queridos.  Estos venezolanos tienen una década injustamente encarcelados despidiendo a las 5 de la tarde del 24 y 25 de Diciembre a su familia, para que el sonido estruendoso de las rejas al cerrar les recuerden que están presos, aunque jamás la justicia pudo probar su culpabilidad. Ellos son presos del régimen hasta que éste decida lo contrario.  Ellos y sus familiares y amigos viven la historia sin fin de la injusticia.
Deseo en nombre de todos los venezolanos de bien que somos la mayoría, que este año sea distinto, y que para estas familias venezolanas ésta vez, si llegue ese niño Jesús tan ansiado.