5 DE MAYO 2014 - 12:01 AM
“Los están tratando muy mal, les pegan y no les dan comida o se las tiran en el suelo. No es posible que les hayan dado solo dos minutos para hablarnos”, dijo Yusney Barboza, hermana de uno de los reclusos que fueron llevados del Centro Penitenciario de Occidente a otras cárceles del país, a propósito de las acciones de desalojo y desarme del recinto penal llevado a cabo por el Ministerio de Asuntos Penitenciarios.
Contó que su hermano fue sacado de la cárcel situada en la localidad de Santa Ana, en el sur del Táchira, el miércoles en la noche y el sábado en la mañana fue cuando pudo hacer una llamada telefónica e informar que lo habían llevado al Rodeo.
Agregó que su familia no tiene posibilidades económicas para viajar hasta el estado Miranda y estar pendiente de su pariente privado de libertad.
“No nos dijeron cuándo los van a regresar. El gobernador es un mentiroso cómo va a decir después de cuatro días que no hay muertos si hasta había uno descompuesto. Había muertos y heridos”, reiteró Barboza.
Graciela Sánchez Guerrero supo que su hijo estaba en la cárcel de Barinas a través de la esposa de otro preso, que viajó a ese estado para obtener noticias de los traslados. “Quiero que lo traigan para acá porque no tengo los medios económicos para estar viajando, soy una persona enferma y la única que ve por él soy yo”, dijo la mujer.
Varela también anunció que 1.047 reclusos fueron desalojados y trasladados a cárceles de Mérida, Barinas, Lara y Miranda.
