29 dic 2014

Crovato: preso en riesgo

El abogado Marcelo Crovato lleva más de 8 meses en prisión a la espera de juicio. El Foro Penal asegura que su detención fue ilegal y que no ha cometido delito alguno. Su vida está en peligro. Por Oscar Medina


imageRotate


En la madrugada del sábado 20 de diciembre el abogado Marcelo Crovato intentó suicidarse en Yare III. Por suerte, otros reclusos le impidieron hacer lo que quería: ahorcarse. Y esto, por terrible que suene, no podía sorprender a ninguna de las personas involucradas en su caso: ni a los responsables de tenerlo encerrado, ni a los colegas que le defienden y se esfuerzan por que se le devuelva la libertad. Crovato dijo con anticipación que cuando se sintiera sin fuerzas para seguir adelante, cuando perdiera la esperanza de salir de la cárcel, le pondría fin a su vida. 

Eso fue en octubre. Dos meses más tarde sus acciones demostraron que hablaba en serio. 

No fue un simple comentario. Una evaluación psiquiátrica ordenada y avalada por el Ministerio Público lo dejó asentado el 22 de octubre: insomnio crónico, pérdida de apetito y muy perturbado por la prolongada separación de sus hijos. Para entonces ya había considerado hasta la forma de suicidarse. 

El psiquiatra Oscar Adrián, escribió: "Por su condición emocionalmente inestable y la aparición de ideas de muerte se evidencia un alto riesgo de suicidio relacionado con las condiciones actuales de su situación de vida". Y recomendó tratamiento con antidepresivos y traslado a un centro con sala de hospitalización psiquiátrica y un programa que comprendiera mayor contacto con su familia. 

La cita del doctor Adrián está incluida, junto con otros datos sobre necesidades de atención médica, en el documento que presentó la defensa ante la juez novena de control del Área Metropolitana de Caracas, Denisse Bocanegra, para solicitar que se revocara la medida de privación preventiva que pesa sobre Crovato y que lo mantiene encerrado -y sin juicio a la vista- desde el 22 de abril. 

Sobre la situación de Marcelo Crovato, venezolano-argentino, casado y padre de dos niños menores de edad, se viene advirtiendo desde hace algún tiempo. Tanto su abogada, Sorelis Mendoza, como sus colegas de la organización defensora de derechos humanos Foro Penal Venezolano, han hecho pública su delicada condición: Crovato presenta un carcinoma de piel, tiene una lesión en la columna y durante su reclusión contrajo el virus chikungunya. Y nada de esto, aseguran, ha sido suficiente para que se le brinde atención médica adecuada. Otro informe presentado ante la jueza y suscrito por una especialista del Ministerio Público recomienda "evaluación por Dermatología, Urología, Oftalmología, Cardiovascular, Neurología y Psiquiatría". 

El domingo 21 de diciembre su esposa, Elky Arellano, decidió hablar por primera vez a los medios y lo hizo a través del canal NTN24: "Mi esposo necesita atención psiquiátrica urgente. La juez novena de control del Área Metropolitana de Caracas, Denisse Bocanegra, los fiscales que han estado a cargo del caso, lo saben, conocen los informes. Los informes son avalados por el médico psiquiatra y la médico forense de derechos fundamentales de la Fiscalía General de la República. Hay informes de médicos privados que verifican su deplorable situación de salud, su estado crítico. Mi esposo necesita una operación urgente de columna, necesita tratamiento en varias áreas y necesita atención psiquiátrica. Y todo se le ha negado". 

Arellano pudo visitarlo al día siguiente del frustrado suicidio y también el lunes 22: todavía sigue en Yare sin recibir cuidados médicos: "Se le ha negado el derecho a la salud y el derecho a la vida". 

Solo por ser diciembre ha podido visitarlo cada lunes: el régimen habitual es una vez al mes. Y esta semana quizás ha sido la peor. "Le pido que tenga paciencia", cuenta Arellano: "Es muy difícil la situación que está viviendo y el alejamiento de los niños le ha afectado mucho. Le pido que oremos. Y eso hicimos el lunes: rezamos, pedimos fuerzas y paciencia para esperar por la justicia verdadera. Le digo que sus hijos lo están esperando. Le hablé ese día de lo mucho que nos costó tener hijos, de todo lo que pasamos y le recordé que ellos nos necesitan a ambos. Me enfoqué en darle las fuerzas que muchas veces yo no tengo. Este 24 fue muy difícil. Y el 25, cuando los niños recibieron sus regalos y su papá no estaba en casa, fue muy duro". 

Marcelo Crovato forma parte del grupo de 63 personas que aún siguen detenidas a raíz de los procedimientos policiales para sofocar las protestas callejeras que iniciaron en febrero pasado y entre los cuales se cuentan 20 estudiantes. Su caso tiene una condición singular. 

Preso como sea

Se supone que todo esto comenzó con una investigación iniciada por el Cicpc el pasado 27 de marzo relacionada con las manifestaciones de opositores al Gobierno de Nicolás Maduro que por entonces se desarrollaban en el Municipio Chacao. El procedimiento incluía una operación de agentes encubiertos infiltrados en la comunidad cuya labor era identificar a los presuntos organizadores de las protestas. De esa forma habrían encontrado que -es lo que alegan- en algunos apartamentos del municipio se hacían reuniones para coordinar acciones de calle. 

En la madrugada del 22 de abril sonó el teléfono de Crovato. A esa hora allanaban el hogar de Ignacio Porras Fernández a quien conocía por ser vecino de Chacao y por haber entre ambos relaciones de naturaleza profesional y comercial: Crovato le había asistido como abogado en oportunidades pasadas y al mismo tiempo era cliente de la lavandería propiedad de Porras Fernández en Chacao. La llamada, por supuesto, era para solicitarle a Crovato apoyo legal en su condición de miembro del Foro Penal, tal como lo había hecho con otras personas durante aquellos días. 

Crovato se trasladó entonces al inmueble que comparten como pareja Porras Fernández y Marling Carolina Márquez y se identificó ante los funcionarios como abogado. Durante el allanamiento quedaron detenidas las personas que estaban en el lugar: Márquez y Porras Fernández, además de Marcos Eliseo Guillén y Jordyn José Ruíz. 

"Los del Cicpc le pidieron a Marcelo que los acompañara", explica la abogada Katiuska González, también del Foro Penal: "Y en la sede del Cicpc le informan que también iba a ser procesado. Es decir, fue detenido en el ejercicio de sus funciones como abogado y sin que existiera ninguna orden de procedimiento en su contra". 

En su relación de los hechos al Grupo de Trabajo Sobre la Detención Arbitraria de las Naciones Unidas, el Foro Penal explica que la decisión de detener a Crovato se transmitió por vía telefónica desde la Fiscalía. 

En la audiencia de presentación la detención fue anulada, pero eso no sirvió de mucho: "Lo insólito, por decir lo menos, es que en ese mismo acto la mencionada juzgadora que decide que la detención está viciada de nulidad absoluta, por no existir orden judicial ni flagrancia, invoca la sentencia Nro. 526 del año 2001 emanada de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, con ponencia del Magistrado Iván Rincón Urdaneta, en la cual se deja constancia "... que las presuntas violaciones en las cuales incurran los funcionarios policiales al momento de la aprehensión de una persona, no pueden trasladarse al órgano jurisdiccional, legitimándose dicha detención al momento de ser presentados y escuchados con las garantías de ley, situación que ocurre en la presente audiencia; debiendo en consecuencia calificarse la flagrancia...", cita textual extraída del acta de audiencia para oír al imputado".

"Lo detuvieron sin orden judicial y sin que existiera flagrancia", explica Alfredo Romero, director del Foro Penal: "Pero la jueza Bocanegra la convalidó por la existencia de supuestas investigaciones previas y por las supuestas denuncias de agentes anónimos". 

Katiuska González completa la explicación: "Hubo una detención arbitraria, pero los elementos con los que terminan justificando todo sonlos testimonios de personas anónimas, supuestos agentes encubiertos, que dicen que Marcelo estuvo en una reunión donde se planificaban guarimbas y una supuesta grabación de audio que nunca entregaron". 

La audiencia de presentación fue fijada para el 23 de marzo, pero terminó llevándose a cabo entre el 25 y la madrugada del 26. A Crovato lo presentaron junto con las cuatro personas que estaban en el apartamento allanado y también con detenidos en otros procedimientos, sumando entonces a 9 personas en una misma causa judicial: Marling Carolina Márquez, Ignacio Porras Fernández, Jordyn José Ruiz, Marcos Eliseo Guillén y Marcelo Crovato; además de Balvina Muñoz, José Miguel Aguilera, Jesús Pérez Herrera y Ramsés Rodríguez Weffer. 

Finalmente a Crovato -y a todos- les imputaron los delitos de atentado contra la seguridad en la vía; instigación a la desobediencia de las leyes, intimidación pública y asociación para delinquir. 

"Se repite la presencia del delito de instigación", señala Alfredo Romero: "La instigación se ha utilizado en casi todos los casos de detenidos vinculados a las protestas y con esto intentan crear un supuesto crimen que abre la puerta a interpretaciones subjetivas. ¿Qué es instigar? ¿A quién instigó Crovato?". 

Ellos lo saben

Inicialmente Crovato permaneció en el Cicpc de San Agustín, pero el 30 de mayo fue enviado al Internado Judicial Yare III. "Este es otro punto alarmante en el caso de Marcelo", advierte González: "Entre 1999 y el año 2000, él fue director de Yare y representa un riesgo que lo hayan mandado a el mismo lugar que antes dirigió".

Las otras personas detenidas en el apartamento de Chacao están en la cárcel de el Rodeo III, salvo Marling Márquez, quien está recluida en el Instituto Nacional de Orientación Femenina, Inof, de Los Teques. 

Durante los más de ocho meses que lleva encerrado Crovato, la audiencia preliminar ha sido diferida o suspendida en siete ocasiones. Esto, para aclarar, se traduce en ocho meses de reclusión sin haberse determinado que existan razones para hacer un juicio en su contra.

La última vez que se suspendió fue el 22 de diciembre, un par de días después de su intento de suicidio, el cual incluso motivó una solicitud de Amnistía Internacional: "Amnistía Internacional insta a las autoridades venezolanas a poner en libertad sin demora al abogado Marcelo Crovato, ya que ocho meses después de su detención no se han presentado evidencias verosímiles de los cargos penales formulados en su contra. Asimismo, la organización hace un llamado a las autoridades venezolanas para que se le garantice la atención médica de inmediato, así como acceso a sus familiares y abogados".

Crovato, con 23 años de ejercicio del Derecho, con antecedentes de cáncer y problemas lumbares, no ha sobrellevado bien los rigores de la prisión: "Duerme en el piso, en una colchoneta que le llevé", describe la situación su esposa: "Y por eso tiene problemas serios en la columna. Además tiene un cuadro de desnutrición proteica por la mala alimentación".

El viernes 19 de diciembre el juzgado no admitió un amparo presentado a favor de Crovato y también se había declarado inadmisible una solicitud de medida humanitaria. Eso, intentan explicar sus colegas del Foro Penal, disparó la radical decisión a pocos días de la Navidad y del aniversario número 17 de su matrimonio. 

"Ahora está un poco más calmado", cuenta Arellano. Pero eso no la hace sentir segura: "Espero que sí, lo deseo de corazón... pero esto es como una ruleta. Él tiene una crisis depresiva, un cuadro con tendencia al suicidio. Y ellos lo saben. Lo único que puedo hacer ahora es recordarle que sus hijos están aquí esperándolo".