10 mar 2015

“Mi hijo lleva 10 meses preso en el Helicoide”

Altamira, 6 de mayo 2014.
“Vimos a un grupo de funcionarios del Sebin frente a la panadería Los Nietos, en Altamira. Por la ventana observamos cómo se iban acercando hacia nuestro edificio. Mi hijo me dijo: ¡Mamá vienen para acá!”.
Los golpes en la puerta del vecino anunciaron que habían llegado al piso 2 del edificio For You, donde vive la familia Nieto.
Yajaira Nieto, de 86 años, les abrió la puerta. “Entraron preguntando por el dueño del apartamento”, recuerda.
Me preguntaron qué edad tenía, y le dije que 85. Luego le preguntaron a él que si iba a dejar que se llevaran a una señora de 85 años. Él respondió por mi, y pidió que se lo llevaran a él. Mi hijo tiene 60.
Desde entonces, Miguel Ángel Maldonado Nieto −conocido como El Gordo Nieto−, permanece detenido en la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacjonal (Sebin) del Helicoide. Después de 10 meses, su juicio aún no ha comenzado y su estado de salud es crítico, porque padece diabetes y graves problemas gastroenterológicos.
Según la madre de Nieto y los abogados que los defienden, los funcionarios que entraron al apartamento les sembraron un bulto con municiones y droga.
De acuerdo al informe de allanamiento, el maletín contenía cartuchos de escopeta, unos pitillos de presunta droga, y envoltorios. No había armas de fuego.
Luis Fernando Larios, abogado de Nieto, declaró que todo es muy misterioso. “Lo extraño es que aparece un bolso azul en un clóset. Casualmente todas las evidencias estaban dentro del bolso, no había cosas regadas, todo en un supuesto bolso ¡Qué casualidad!”, dice irónicamente.
7 de mayo de 2014, audiencia de presentación.
Según reflejaba el acta policial de aprehensión, el Ministerio Público le imputó cuatro delitos en la audiencia de presentación: terrorismo individual, asociación para delinquir, tráfico de droga en menor cuantía y fabricación ilícita de armas de fuego. Posteriormente, le quitaron los delitos de terrorismo y asociación para delinquir.
“El error fue dejarlos solos”, relata la madre de Nieto, cuando recuerda lo que pasó el día del allanamiento. Asegura que su hijo siempre fue identificado como opositor, pero que no tiene la culpa de vivir “frente a la Plaza Altamira” (donde en esos días se desataban protestas).
El abogado Larios explica que este es un caso político, y que al acusado lo estaban averiguando semanas antes de ser detenido. Asegura que el Sebin abrió una investigación a su defendido y sin autorización de un tribunal, interceptó sus llamadas y le hicieron grabaciones de ambiente.
“Es un caso con muchos vicios, porque el espionaje que se le hizo fue sin la orden de un tribunal, así que es ilegal”, explica.
Larios cuenta que Nieto es una persona que tenía relación con muchos políticos de oposición, con quienes intercambiaba tuits y mensajes constantemente.
Henry Castro, otro de los abogados, precisa que ninguno de los mensajes ni llamadas intervenidas evidencian que el acusado vendiera armas o traficara drogas.
Iraida Nieto trata de entretenerse viendo canales por cable españoles. “Tengo que distraerme,” se convence. Sabe que a su hijo lo que más le preocupa es ella, de quien se encargaba y con quien vivía en ese apartamento desde hace más de 40 años.
La anciana padece artrosis y tiene dificultades para moverse por los pasillos de su vivienda. Lo hace con un bastón, y ahora vive sola.
Por esa misma dificultad es que no puede ir a visitarlo las dos veces por semana que le permiten. “Yo no puedo agarrar buseta y el taxi que me lleva al Helicoide me cobra 500 bolívares. Es muy costoso y no puedo verlo todas las semanas”.
Además, su hijo era el que la ayudaba con el mercado y muchas labores del hogar. “Con esta situación no puedo hacer diligencias y menos hacer colas”, explica.
Ahora, su esperanza está en la medida humanitaria que están pidiendo los abogados para sacar a Miguel Ángel de la cárcel.
La doctora Naremi Silva, quien también lleva la defensa de Nieto, dice que solamente lograr que diagnosticaran los problemas de salud de Nieto ha sido un vía crucis, que ha durado seis meses. “Pedíamos a la medicatura forense que hiciera los exámenes pero nos decían que no tenían los insumos. Ellos informaban al tribunal y éste insistía en enviarlo a la medicatura forense. Luego de tanto insistir pedimos que hicieran los exámenes en el Hospital Militar, y finalmente se están haciendo allí desde finales de febrero”, indica Silva.
Según la madre y los abogados de Nieto, el estado de salud es crítico. Así se evidenció en plena audiencia de presentación donde sufrió un desmayo, que lo hizo caer al suelo y golpearse con el escritorio.
Desde hace muchos años, Nieto tiene problemas de insulina, pero la diabetes se ha empeorado con la reclusión. Además, durante cuatro meses tuvo diarrea negra, lo que presumen puede ser una úlcera en sus sistema digestivo. También es hipertenso. Por su protuberante contextura, Nieto padece problemas de escoliosis y se sostiene con un bastón para caminar.
Los defensores creen que el caso aplica para una medida humanitaria, porque se ha concedido en otros ejemplos parecidos.
La jueza del Tribunal 27 de juicio está de vacaciones, y cuando regrese tendrá en sus manos la decisión de darle o no la medida humanitaria que al menos otorgue arresto domiciliario a Miguel Ángel Nieto.
“Pedimos la medida humanitaria porque con la reclusión se le está violando el derecho a la salud y el derecho a la vida. Cualquier descuido en el tratamiento puede ocasionarle la muerte”, expresó Larios.
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