Por: Jorge Benezra
RADAR
QUE ENTIENDA EL QUE QUIERA. Los funcionarios
policiales y militares se han convertido en el tiro al blanco de la
criminalidad venezolana para obtener un fierro. Esta es la segunda
columna consecutiva en donde hablamos de este tema. La mayoría de los policías
que han sido asesinados en lo que va de año en la Gran Caracas, han caído en
hechos en los que el móvil fue el robo del arma de fuego, de acuerdo a
estadísticas que manejan los organismos de seguridad. Este año 47 efectivos
policiales y efectivos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana han
perdido la vida. Para ver la magnitud de este caso, según un informe presentado
por la Fundación para el Debido Proceso (Fundepro) en el 2014 fueron asesinados
338 efectivos en todo el país, lo cual representa un incremento de 18% con respecto
al año 2013, cuando se registraron 295 muertes violentas. ¿Qué significa esto?
Nos hemos convertido en números, en eso nos hemos trasformado, tan
solo en una estadística que concibe titulares y pone a trabajar por un momento
a los políticos dando respuestas y soluciones que nunca llegan. Estos hombres y
mujeres desaparecidos en el deber de su profesión lamentablemente son borrados
de nuestra conciencia poco a poco. Fueron noticia, destaparon una realidad,
pero todos sabemos que esto seguirá ocurriendo mañana, pasado y el año
entrante. Si ahora, justo ahora, hablamos del tema, es porque las muertes
han sido de forma consecutiva y oportuna para que ciertos voceros lo utilicen
como bandera. Creo que es hora de saldar cuentas con esta tragedia cotidiana
nacional que refleja el país en el que nos tocó vivir. Es hora de que dejemos
de hablar de números y nada más. Llegó el momento de pisar tierra y de
preguntarse: ¿Cómo viven los funcionarios policiales? ¿Por qué muchos deben
cohabitar en el mismo territorio del crimen? ¿Para ellos no existen planes de
vivienda, educación desarrollo social en general? ¿Por qué los salarios siguen
siendo tan insignificantes? ¿Acaso se nos olvida que todos los días tienen que
salir a la calle a defender al ciudadano porque Venezuela es uno de los
países más violentos del mundo, con un saldo negativo que el año pasado
tocó las 25 mil muertes por causas violentas según el Observatorio
Venezolano de la Violencia?. Se tiene que acabar definitivamente con esa
práctica poco útil de crear comisiones, reuniones, programas de televisión y de
inventar cargos burocráticos innecesarios para discutir lo que todo el mundo
sabe. El objetivo de quienes tienen en sus manos el poder de mejorar esta
situación debería ser precisamente uno: salvar vidas, preocuparse por ellas más
allá de las diferencias y generar ese bienestar y esa sensación real de
seguridad que tanto queremos y necesitamos. Llegó la hora