Por Tamara Sujú Roa
La Razon, Domingo 19 de Julio.
Pérfido es aquel que utiliza la justicia para manipular al prójimo a través de sus sentimientos. Esto
es lo que han hecho los representantes del sistema de justicia
venezolano con algunos de los injustamente encarcelados en nuestro país.
Desde que escribo en La Razón he tenido la oportunidad de plasmar en artículos, como
algunos presos políticos pasan por diferentes etapas, a medida que van
perdiendo la esperanza en el sistema o mejor dicho, se van dando cuenta
de que son presos políticos y que al gobierno le importa poco si les
violan sus derechos humanos o el debido proceso. Algunos
por ejemplo, no querían tener visibilidad ni publicidad, bajo la premisa
unos, de que quizás podrían solucionar todo más rápido, y otros, de que
sí los vinculaban con motivos políticos podría perjudicar sus causas.
La mayoría terminan después de uno o dos años inclusive, aceptando que están presos porque el gobierno los quiere presos,
y que no habría abogados ni ONG'S que los saquen de las mazmorras.
Entonces entienden que el silencio y el desconocimiento de sus casos por
el resto de los mortales los mantendrá eternamente encerrados. Luego viene
el tiempo más duro...aquel en el que se dan cuenta que por ser presos
del régimen no tendrán oportunidades legales de un juicio justo, del
cumplimiento de los lapsos procesales y de no ir a la cárcel. Entonces, las mazmorras pasaban a ser una tumba personal de los sueños y las esperanzas.
Hoy
este trato cruel se ha sofisticado o pulido. En los procesados, se
juega con los tiempos de las audiencias y sus sitios de reclusión. En
los sentenciados, con los tiempos para obtener las medidas sustitutivas
por cumplimiento de la pena por ejemplo. En ambos casos la tortura o trato cruel se extiende a la falta de atención médica oportuna. Imagine usted estimado lector, que sentiría luego de varios
meses de injusto encarcelamiento y audiencias preliminares suspendidas,
y que el día asignado para otra supuesta audiencia, lo mandan a vestir,
a acomodarse para el traslado, y éste nunca llega o si llegó, hicieron
la simulación de trasladarlo al Tribunal donde se entera que la
audiencia es nuevamente suspendida y a usted lo dejaron vestido y con la
esperanza de que quizás en ésta presentación, usted hubiera podido
quedar libre. Cada vez, su familia, a la que le ha cambiado la vida por completo desde que usted está preso, se le apaga la luz de la esperanza de verlo libre.
Marcelo Crovato, abogado colaborador de Foro Penal, pasó 10 meses
en la cárcel de Yare 3 y su audiencia preliminar fue diferida ocho
veces. Cuando llegaba al tribunal lo encontraba sin despacho o sin el
traslado de las otras personas que estaban con él en el proceso. Nunca
tuvo acceso a su expediente. Enfermo, con cáncer en la piel, alejado de
su esposa e hijos pequeños, tuvo una crisis depresiva y la desesperanza
lo llevó a intentar quitarse la vida en Noviembre de 2014. El
abogado había vivido en carne propia la perversidad de la justicia
tanto por su injusta detención como la aplicación del retardo procesal.
Hoy tiene casa por cárcel.
Rodolfo González, de 63 años, reconocido
como el "Aviador" fue detenido en Abril del 2014 en el medio de las
manifestaciones y llevado al Helicoide, sede del SEBIN, donde compartió
por 11 meses con los jóvenes que también estaban detenidos por
manifestar. Aparte de los múltiples diferimientos de su audiencia
preliminar, a Rodolfo González y los jóvenes ahí recluidos le aplicaban
el terrorismo psicológico de posibles traslados a otras cárceles
comunes, cuyos nombres encierran muerte, droga, armas y
todo aquello que los venezolanos conocemos muy bien: los sumideros de
seres humanos que son las cárceles de nuestro país. El 12
de Marzo de este año, les fue anunciado el traslado a esas otras
cárceles, con la consecuente crisis psicológica que ya venían
arrastrando hacía meses. Rodolfo González, quien había
manifestado que no haría pasar a su familia por más sufrimiento y que se
conmovió ante la reacción de los muchachos ese día, tomó la decisión de
quitarse la vida esa noche. Rodolfo perdió la esperanza de la justicia para sí mismo, para darle esperanza a quienes para él, tenían en ese momento el futuro por delante.
Lorent Saleh esta juntó con Gabriel Valles en La Tumba, cárcel ya conocida por todos. Desde
la aprehensión en el mes de Septiembre de 2014 hasta Febrero del 2015,
éstos jóvenes, junto a Gerardo Carrero, vivieron un infierno en
esta especie de bóveda bancaria ubicada 5 pisos por debajo de la
superficie, aislados, encerrados las 24 horas en celdas 2x3, sin
relojes, sin ruidos, sin libros ni periódicos, sin luz ni ventilación
natural y con un aire acondicionado tan frío que les quebraba la piel.
Una huelga de hambre, el escándalo público, las cautelare de la CIDH
lograron que bajo promesa del gobierno de mejorarles las condiciones,
cesara la huelga. Carrero fue trasladado al Helicoide. Lorent y Gabriel
permanecen en La Tumba. La audiencia preliminar ha sido diferida en 10 oportunidades. Los jóvenes
han sido trasladados a los tribunales y en vez de subirlos a la
mezzanina donde están los juzgados, los dejan en los sótanos, sin la
oportunidad de ver al juez, conversar con sus abogados y mucho menos con sus familiares. Son
devueltos a la Tumba, sin siquiera tener acceso a su expediente. La
desesperanza se ha apoderado de Lorent en dos oportunidades en los que
ha atentado contra su vida. Ambos han sufrido del síndrome de la
depresión. Continúan hoy, después de casi 11 meses presos, esperando su
audiencia preliminar.
Las
24 horas del día transcurren para cada uno de los presos del gobierno
de forma muy lenta. Yo me imagino la zozobra en cada uno de sus
pensamientos, de sus emociones. Meses y años de sus vidas presos sin
justificación, sin que se les haya demostrado que han o cometieron
delito alguno y además, víctimas de la saña y de la perversidad de la
"justicia" venezolana. Los casos por ejemplo de los policías
metropolitanos Arube Pérez, Héctor Rovain, Erasmo Bolívar, Luis Molina y
Marcos Hurtado y el de Rolando, Otoniel y Juan Guevara y la negación del
gobierno a concederles lo que por Ley les corresponde es escandaloso.
El retardo e incumplimiento procesal se han convertido junto con la
falta de atención médica profesional oportuna, en mecanismos sofisticados de tortura que se aplica no sólo a los presos políticos, sino a sus familias y abogados en Venezuela.
@Tamara_Suju