En lo que va de 2015, las muertes a escoltas han superado el año anterior en más de 30%, ya que la tregua entre el hampa y el Estado se habría roto
UNIDAD DE INVESTIGACIÓN | ATODOMOMENTO.COM
Uno de sus hombres abatido frente a la madre, allá en el barrio donde solía tomarse las cervezas en sus ratos libres, justo en la puerta de su hogar, es la imagen que Martín* guarda en sus recuerdos.
Luego de que el escolta cayera sin vida al suelo, la mujer desesperada quiso hacer algo por él, pero el hermano de la víctima la contuvo.
– Quédate tranquila, ya está listo. Si te metes te van a matar – le replicó a la madre.
– Esto es pa’ que vean lo que le pasa a la gente del gobierno (como le dicen a todos lo funcionarios) -, sentenció el victimario antes de retirarse del lugar.
Se trataba de uno de los hombres que trabajaba para Martín, jefe de escoltas de un ministerio. El hecho que ocurrió en 2014, quedó atrás. En la actualidad está retirado y asegura que no volvería al oficio, a pesar del dinero que actualmente ofrecen.
Los que escoltan a funcionarios públicos tienen acreditación de cualquier ente policial, pero si están activos deben ejercer su puesto en comisión de servicio. Adicionalmente reciben bonos que varían entre 60 y 100 mil bolívares, pero en algunos casos de escoltas de altos personajes del gobierno, la cifra puede superar los cinco dígitos. Los montos devengados incluyen el sueldo del funcionario policial, horas extras, trabajos especiales, bono de alimentación adicional, viáticos de emergencia y dotaciones, estas últimas referidas a la compra de vestimenta.
“El escolta paga el error con la vida. El que perdona muere – matan para que no vaya en contra de los victimarios-. Por lo general les dan tiros en la espalda, cruzados (que perforan pulmones) y en la cabeza”, afirma Martín, quien también asevera que a los escoltas los asesinan “por estúpidos y estar de lucidos en la calle. Son unos alumbrados. No hay decencia policial”.
En un conteo realizado, de acuerdo al registro en prensa, en lo que va de año han sido asesinados 29 escoltas, de los cuales 62% protegían a funcionarios públicos y un 52% eran activos en organismos policiales, bajo la figura de comisión de servicio.
Más de un tercio (34%) de los occisos trabajaban para altos funcionarios del Estado, la mayoría ultimados por disparos para despojarlos de su armamento y motos, todos asesinados en momentos en los que no prestaban servicio. Al consultarle al exfuncionario sobre los victimarios, asegura que se trata del hampa, los mismos efectivos policiales y militares rezagados. ¿La razón? “Las pistolas las venden en 100 mil bolívares y luego las pueden revender en 300”.
Ya no hay tregua entre el hampa y el Estado
Martín, quien además es militar retirado y maneja información sobre lo que ocurre dentro de los cuerpos de seguridad, afirma que existía una tregua entre el Estado y el hampa, pues habían pactado que no hubiese más muertes de escoltas y policías. Esto era posible, entre otras cosas; según afirma el exfuncionario, porque los delincuentes formaron una coalición nacional para unificar fuerzas.
El trato se habría roto, luego de que se ordenara – “desde arriba” –, la irrupción de cuerpos de seguridad del Estado en la Cota 905 (julio de 2015). El operativo se habría realizado porque “tenían cuatro vehículos ministeriales, de los cuales uno era de la vicepresidencia”, confiesa Martín, al tiempo que reafirma que el secuestro de 14 policías en la zona, fue parte del detonante de la ruptura de relaciones”.
A pesar de que ya no hay trato alguno, de acuerdo a la fuente, todavía los “funcionarios de todas los componentes policiales les piden vacunas (pago) al hampa para no subir a los barrios, excepto la BAE (Brigada de Acción Especial) del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), creada por Iván Simonovis”.
Desde entonces, la ley del hampa es la que se impone. Distrito Capital ocupa el primer puesto en los lugares donde dieron muerte a los que resguardaban a sus dignatarios (13 asesinatos), seguido por Miranda (10) y Aragua (4).
El requisito indispensable para proteger a un dignatario o cliente privado, es esencialmente la confianza, “ahorita, si tiene pistola, cualquiera es escolta”, añade Martín, quien finaliza con una contundente frase: “El hampa superó al Estado”.
Claves de los asesinatos de los escoltas en 2015
- Entre enero y agosto de 2015, se han registrado 29 asesinatos en cinco estados del territorio nacional (Distrito Capital, Miranda, Aragua, Lara y Zulia).
- En lo que va de año, diez escoltas que servían a altos funcionarios públicos murieron abatidos por armas de fuego. Solo dos víctimas murieron carbonizadas.
- El estado con mayor índice de homicidios entre enero y agosto es Distrito Capital (45%).
- Todos los asesinatos ocurrieron mientras que las víctimas fuera de servicio.
- Más de una quinta parte (24%) de los escoltas asesinados eran funcionarios policiales retirados.
- Todo agente que escolte a un funcionario del Estado venezolano debe poseer alguna acreditación de un organismo policial (SEBIN, CICPC, GNB, Policía Nacional, Regional y Municipal). Si se encuentra activo, debe ejercer el cargo bajo la figura de comisión de servicio.
- Más de la mitad de los homicidios tiene como móvil el robo de pertenencias (68%). Sin embargo, se desconocen las causas de nueve homicidios.
- Más de un tercio de los escoltas asesinados (35%) entre enero y agosto de 2015 velaban por la vida de funcionarios públicos.
- Los escoltas de funcionarios públicos perciben ingresos totales que varían entre 60 y 100 mil bolívares. En casos de escoltas de altos personajes del gobierno, la cifra supera los cinco dígitos.
- El Estado provee los elementos básicos que debe poseer un escolta: arma reglamentaria y transporte (motocicletas de alta cilindrada). En casos de agentes privados, debe poseer sus herramientas de trabajo.
* El nombre de Martín es un seudónimo, ya que la fuente prefirió permanecer en el anonimato por resguardo de su integridad física.