Cuando
se toca el tema de los derechos humanos,
además de parecerle a la gente una utopía,
pareciera que su defensa es EXCLUSIVA de las Organizaciones No gubernamentales,
desconociendo que es una labor de todos, que nos atañe a todos, que es una cuestión de todos y que además
somos los más interesados en que no se
convierta en eso que pretenden los gobiernos, verla como una simple gestión de
intereses particulares, que debe depender de la víctima, y para nada un
ineludible deber del Estado de obligarse a si mismo a
garantizar el libre y pleno ejercicio de los derechos humanos, donde crea que
por sólo tener una normativa vigente acorde a los parámetros internacionales,
no está obligado a mantener una conducta gubernamental que garantice de manera
eficaz que no se violen los mismos.
De
conformidad con el artículo 19.2 de la Declaración sobre el Derecho y el Deber de los
Individuos, los cuerpos y las instituciones de promover y proteger los derechos
humanos y las libertades fundamentales universalmente reconocidos (1998), esta
labor de defensa de los derechos humanos le está encomendada a los individuos,
grupos, instituciones y a las organizaciones no gubernamentales, correspondiéndole una importante función y una responsabilidad
en la protección de la democracia y las libertades fundamentales y la
contribución al fomento y progreso de las sociedades, instituciones y procesos
democráticos.
Los
sistemas internacionales de protección de los derechos humanos se basan en el
supuesto de que el Estado está al servicio de la comunidad y no a la inversa. Y
a la inversa precisamente es lo que cree
mucha gente. Por eso, una de las razones que mayormente atenta contra el
respeto de los derechos humanos es precisamente ese desconocimiento que existe sobre la materia,
cuando se le pregunta a la mayoría de la gente qué son los derechos humanos y
quienes violan los mismos, desconocen las respuestas, la necesidad que se conozca cada día más del tema es
inminente, en la medida que conozcamos nuestro derechos e instemos al gobierno
a respetarlos, y nosotros a exigirlos y no quedarnos atados de mano, por el
solo hecho de desconocer los derechos que nos asisten en toda circunstancia, ya que generalmente
relacionamos derechos humanos con debido proceso, con garantías judiciales ,
pero nos olvidamos de nuestro derecho de llevar una vida sana, que exista paz,
nuestro derecho a la salud, al trabajo, a la propiedad, a la alimentación tan
atacada en nuestro país en los últimos tiempos, a asociarnos y a convertirnos
en voceros de todo aquel que necesite representación legal ante ese ataque
continuo del estado en contra de sus conciudadanos, por eso todos absolutamente todos en la medida que
conozcamos nuestro derechos nos
convertiremos en activistas de derechos humanos. Los invito a hacer esto
una realidad.
Jackeline
Sandoval de Guevara
Directora
Ejecutiva
“FUNDEPRO”