26 feb 2016

“Y…aquí vengo a decir la verdad” Por: Mauren Morillo S


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LAIDED SALAZAR
CON SU
MAMA  ANA TERESA SALAZAR

Y fue ese 17 cuando como Red de Apoyo DDHH Vente  Venezuela, solidariamente acompañe a la Sra. Madre Ana Teresa Salazar, quien en ocho páginas escritas a mano, por ella misma, en su sencillez de abuela, madre e hija, presento la verdad del caso de su primogénita Laided Salazar, conocida mediáticamente como “La Capitana Laided”.  Su sencillo verbo, no sólo conmovió sino que dejo escrita para la historia unos hechos que avergüenza el concepto de democracia ante los abusos y vejámenes sufridos por su descendiente, mientras estuvo encarcelada.

En la actualidad, tiene el “privilegio” si así se le puede decir de “casa x carcel” y al menos esta fuera del infierno carcelario,

Fue un derecho de palabra de 10 minutos aproximadamente ante la Comisión Permanente de Culto y Régimen Penitenciario, de la Asamblea Nacional. A las 9AM, ante la presencia del Presidente de la Comisión, Diputado Richard Blanco, de ABP y del Vicepresidente Juan Pablo García, de Vente Venezuela.

He aquí el texto completo de las palabras de Ana Teresa Salazar, haciendo la otra historia de Venezuela:

“Buenos días a todos los presentes,

En 1er lugar agradezco la oportunidad que se me brinda para expresarme en la Asamblea Nacional, la cual hoy más que nunca en la historia representa la esperanza y la innegable expresión de cambio que reclama la gran mayoría del pueblo venezolano.

La verdad debe ser dicha, aunque se caiga el cielo a pedazos y aquí vengo a decir la verdad.

Y, la verdad es que no se puede negar que en Venezuela existen Presos Políticos!!!, SI hay Presos Políticos en Venezuela, y lo peor, es que no ha bastado con privarlos arbitrariamente de la libertad, sino que además se les ha sometido con saña y alevosía a las más terribles condiciones de reclusión, que no son otra cosa que expresión tangible del uso de la tortura como herramienta de una política de Estado, una política sistemática, violatoria de los DDHH más elementales que fluye a través de un Poder Judicial, que está claramente al servicio de una fracción política.

Los últimos días, desde el inmenso aparato mediático, que maneja el gobierno, se han expresado los Diputados oficialistas, acatando una línea impuesta desde Miraflores, intentando meter a la fuerza, en la conciencia del pueblo venezolano que la Ley de Amnistía, es una Ley para perdonar criminales, una Ley para la impunidad, para la injusticia.

Nada más alejado de la verdad.
Yo vengo aquí hoy humildemente, como madre de una Presa Política a desmontar ese argumento falso, como desde el principio han sido las acusaciones contra mi hija.

Mi hija, es la Capitana de la Aviación Laided Salazar de Zerpa.  Ella y otros 8 militares fueron condenados por un Tribunal al que llaman Consejo de Guerra Accidental de Caracas, a pena de 8 años y 7 meses de prisión por el supuesto delito de “Instigación a la Rebelión”.

Un Tribunal que realizó un seudo proceso, un montaje al que llamaron juicio, una fachada, un teatro, una pantomima desde la cual desde el principio se sabía el desenlace final: una condena segura tal y como lo pedían los Fiscales militares.

Ah,…pero eso no fue suficiente para quienes mueven los hilos del poder en este País: encarcelar a mi hija. No fue suficiente a una mujer madre, odontóloga asimilada, que no vuela aviones, ni comanda tropas, con pruebas falsas y testigos preparados.  No fue suficiente con mentir descaradamente y decir que “ella tenía el poder para mover una rebelión militar y bombardear Caracas”. No fue suficiente con alejarla de la familia, de su esposo y de su hijo pequeño…les hacía falta más…les hacía falta torturarla, y, cuál fue el pecado de mi hija y de sus otros compañeros?. Les respondo: ser profesionales que querían servir a su País, ser una Oficial Institucionalista, honesta, defensora de la legalidad y de lo que manda la Constitución.  Ese es el pecado de muchos militares venezolanos, que hoy sufren cárcel, persecución o exilio.

A esa mujer digna y valiente, la encarcelaron en el DIM, Dirección de Inteligencia Militar; en Ramo Verde, Cárcel militar; en el INOF, cárcel de mujeres y por último en el infierno que llaman “Fenix”, ubicado en Uribana, Edo Lara.

Una militar, juzgada sin piedad y sin orden judicial, ni conocimiento del Tribunal de la causa, enviada a cárceles comunes, por órdenes de una “mano peluda”. Le quitaron su uniforme azul y sus estrellas de capitana y le pusieron un uniforme fucsia de presa, para colocarla como señal de advertencia a sus compañeros de armas. Este fue desde el principio todo el objetivo.

En esas cárceles, pero sobre todo en la cárcel del “Fenix”, mi hija fue sometida por órdenes directas, sin justificación alguna a condiciones de aislamiento severo y total incomunicación, falta de exposición al sol, prohibición de visitas, de fotos, de cartas, de poder ver a su hijo por más de cinco meses, llegando incluso a prohibirle comunicarse con sus abogados y hacerle llegar una Biblia. Pero lo más grave fue torturarla con hambre y sed…poco a poco y de manera sistemática la fueron sometiendo a un proceso de desnutrición inducida y poco a poco fueron robándole su salud.

Sus familiares fuimos testigos de esa situación y nos cansamos de denunciar por más de  meses ante la Corte Marcial, ante la Fiscalía y ante la Defensoría del Pueblo, sin obtener respuestas.  La poca prensa independiente que queda en Venezuela, la prensa internacional solidaria, la radio y las redes sociales fueron entonces nuestras únicas armas para informar lo que estaba pasando con ella. No pasaba nada.

Seguimos viendo como con placer sádico nos maltrataban a Laided ante nuestras narices.

Tuvieron que intervenir la Iglesia y hasta Instancias Internacionales como la Comisión Interamericana de los DDHH de la OEA para que se designara y enviaran una Comisión para verificar sus estado de salud y posteriormente por solicitud nuestra y por la mediación del Defensor del Pueblo, y fue entonces que por miedo a que pudiera morirse, la trasladaron al Hospital Militar y, gracias a esto le concedieron la medida humanitaria de casaxcarcel.

Laided Salazar no cometió crimen alguno y sin embargo paso por toda esa pesadilla de la cual todavía no despierta.

Señores Diputados, historias como estas y otras no pueden seguir repitiéndose en nuestro hermoso País.

No tenemos por qué seguir aceptando que exista un solo preso o perseguido político más.  Los venezolanos no podemos ni tenemos por qué  seguir viviendo con miedo a ser detenido, torturados y condenados por las Instituciones que se suponen existen para darnos clamor, justicia y paz.

La Ley de Amnistía es una oportunidad para deshacer tanta injusticia, para abrir una puerta hacia la reconciliación del pueblo, una puerta para dejar salir tanto fanatismo enfermizo que tanto daño le ha causado al País.

Amnistía es sinónimo de esperanzas, de paz, de inicio de una etapa de cambio verdadero, una luz para salir de esa oscuridad en la que un pequeño grupo de corruptos egoístas nos quieren mantener.

Yo les pido en especial a los Diputados oficialistas que reflexionen en lo profundo de sus corazones, que no tapen los ojos ante la situación grave y delicada que vive el país, que pidan la iluminación del Todopoderoso y entiendan que no pueden seguir sucediendo injusticias como las que cometieron con mi hija, ni en este ni en ningún gobierno futuro.

Esto tiene que terminar definitivamente para darle paso a una Democracia  verdadera, donde impere la separación de poderes y se pueda conformar un sistema de justicia realmente autónomo e independiente, que tendría…, óiganme bien Sres. Diputados…, tendría que procesar con todas las garantías, pero con la firmeza de la Ley a quienes todos estos años sí han cometido crímenes, siendo responsables director de la muerte, prisión y tortura de muchos inocentes, por el simple hecho de pensar diferente.

Amnistía YA…muchas gracias.

Concluyo diciendo estas palabras que leí: “la hija legitima de la libertad es la tolerancia y esta viene abrazada con la paz”

Ana Teresa Salazar

Es de resaltar que para esta Reunión ordinaria No 3, fue convocada la Ministra de Régimen Penitenciario, la cual se excusó y no asistió, sin explicar el motivo de su ausencia; tampoco el Ministro de la Defensa, quien en el comunicado enviado, dejo constancia, que cumplía comisiones emanadas del Ejecutivo que le impedían presentarse