1 dic 2017

Familiares de presos políticos cuentan lo difícil que es pasar Navidad en la cárcel

El Cooperante.- Los familiares de los presos políticos no solo han tenido que enfrentar la situación de que los detenidos se encuentren recluidos en condiciones poco salubres, sean aislados y, como en muchos casos torturados. Este sentimiento de frustración crece aún más en la época en la que, como suele ser costumbre, los sentimientos afloran y recrece el significado de unión familiar.
En El Cooperante recogimos testimonios de los familiares de algunos de los presos del gobierno. Patricia de Ceballos, esposa de Daniel Ceballos y alcaldesa de San Cristóbal, estado Táchira, manifestó a este medio las situaciones que ha tenido que enfrentar y lo difícil que es ver a su esposo cada Navidad detenido.
Además de señalar que Ceballos tiene más de 50 días en aislamiento y que no se le ha permitido la visita de su madre y abogados, indicó que esta sería la cuarta Navidad que pasa el preso político tras las rejas, una situación que catalogó como “difícil y bastante complejo”, sobre todo por los momentos que tienen que vivir sus tres hijos.
La alcaldesa de San Cristóbal recordó que “la primera Navidad que han pasado sometidos a esta injusticia como familia” fue en la cárcel militar de Ramo Verde, ubicada en Los Teques, estado Miranda. “Son momentos que se viven en familia y aunque aún estando en la cárcel no importa el lugar, no importa el sitio desagradable, los olores, no importa nada con tal de vivir un momento en familia”, expresó. Para esa fecha, compartió con la familia de Lilian Tintori, y de los presos políticos Leopoldo López, Enzo Scarano y  Salvatore Lucchese.
Contó Patricia que se reunieron el 24 y 31 de diciembre para realizar el almuerzo navideño porque solo les permitían estar en el centro de reclusión hasta finales de la tarde. “Pudimos compartir, hacer nuestro intercambio, ver a los niños felices; pude llevar un pino y alrededor de ese pino compartimos el momento y fue muy bonito ver a los niños sonreír, abrazados, emocionados, en familia”, dijo.
La situación pudo ser levemente diferente en 2015, cuando Ceballos gozaba de arresto domiciliario, pero luego fue recluido en la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional, en El Helicoide, y el lugar de sus navidades en el 2016 fue ese centro “bastante desagradable”.
“Nos dieron un espacio en una oficina y pudimos estar hasta las 5:00 de la tarde el 24 de diciembre y el 31 de diciembre. Sin poder compartir con nadie porque en esa situación no podía estar compartiendo con otros presos porque estaba en un área totalmente diferente”, manifestó Patricia a esta redacción. Sin embargo, el panorama que vislumbra la alcaldesa para este año es aún incierto con Ceballos en aislamiento, aunque comentó que ya tienen el viaje para esta época preparado.
“No entendemos ese ensañamiento, y a mí la verdad me preocupa mucho llevar a mis niños y que no nos dejen entrar, yo espero que este régimen se ponga la mano en el corazón, que tengan un gesto de buena voluntad porque ante el mundo entero ha quedado desenmascarado”, manifestó. Patricia lamentó que sus hijos solo hayan podido ver a su padre tres veces en todo lo que va de año y que, si se les permiten, Navidad podría ser la cuarta vez.
“Mis niños lo vieron la primera semana de enero, luego en mayo, en septiembre y ahora lo van a ver en diciembre, Dios mediante; y eso es duro para ellos y es duro para mí, como su mamá, porque yo soy la que está aquí afuera con ellos y he tenido que respirar para no llorar cuando ellos lloran y tener la fuerza para abrazarlos y secar sus lágrimas, y son niños que todos los días me preguntan cuándo (Ceballos) va a volver a la casa”, expresó con voz entrecortada la alcaldesa. Aún así, espera que todos los familiares de los presos políticos pasen unas navidades reunidos en familia y en libertad.
Al igual que Ceballos, Raúl Isaías Baduel se encuentra en aislamiento sin ver la luz solar, según denunció a esta redacción su hijo Adolfo Baduel. “Esta es una tortura blanca, que va dirigida hacia lo psíquico y no hacia lo físico”, detalló.
Recordó que como familia tienen más de ocho años en la situación de pasar estas fechas en la cárcel junto a su padre, y este 2017 parece no ser la excepción. Las experiencias, dijo Adolfo, “han sido muy duras”; son nueve navidades y con esta serían 10. “Con esta Navidad que viene es más duro porque no sabemos si nos van a permitir compartir por más de una hora, porque es lo que nos están permitiendo, una hora semanal”, declaró Adolfo.
El hijo del preso político se mostró optimista y confía plenamente en la que situación cambie, no solo para Baduel, sino para todos los presos políticos que aún existen en el país. Evocó los momentos en los que pasaron esta época en Ramo Verde. Les permitían estar el 24 y 31 de diciembre hasta las 7:00 de la noche, por lo que aprovechaban el momento para compartir, hablar, reír, comer y orar.
“Llevábamos todo preparado y aprovechábamos las horas. Nos despedíamos como si nos estuviésemos dando el Feliz Año a las 12:00; salíamos con un dolor profundo porque a veces cuando íbamos bajando por el estacionamiento, mi padre se asomaba por una reja, sacaba la mano y nos gritaba que nos amaba mucho, ese es el recuerdo que nosotros tenemos de estas fechas de Ramo Verde”, relató a El Cooperante.
Uno de los momentos más significativos que conserva data de hace algunos años, cuando Baduel estaba en el mismo piso junto a varios militares presos políticos. “Siempre llevábamos las uvas, teníamos las uvas contadas y mi papá siempre ha sido solidario con sus compañeros de prisión y picamos las uvas por la mitad para que cada uno tuviera por lo menos una uva. Así compartimos un rato, nos abrazamos, nos dimos el feliz año y nos fuimos a las 7:00 de la noche, así con el corazón arrugadito, pero llenos de fuerza“, expresó.
Esdanyelis Noriega, esposa del preso político Alejandro Zerpa, manifestó lo difícil que han sido estos últimos tres años estando su esposo preso en El Helicoide. En el primer año detenido, pudo ver al detenido el 23 y 30 de diciembre hasta las 5:00 de la tarde. “Es fuerte porque tú te vas y él se queda, aparte de lo que tú sientes como familia, ves a otros presos políticos que también tienen a sus niños, cómo se despiden, lloran, es una situación bastante triste”, lamentó Noriega en un contacto telefónico con El Cooperante.
Los familiares de Zerpa no saben cómo será este año, puesto que se encuentra en observación en el Hospital Militar de Caracas, luego de haber sido operado de la cervical y haber contraído una bacteria. “No sé si estará allí el 24 o el 31, o si saldrá o si estará en El Helicoide, cada año es más difícil”, sumó.
La esposa del preso político resaltó la situación económica actual del país, que ha hecho que todo se torne más difícil. “Uno trata de llevarle un poquito de todo para que por lo menos comparta una cena de Navidad o de Fin de Año, pero al pasar el tiempo se ha puesto más rudo”, declaró.
Zerpa tiene un hijo de 14 años y Noriega relató lo triste que fueron las pasadas navidades cuando él pudo ver a su papá en estas fechas. Aseguró que fue “bastante triste porque, claro, se despiden y él obviamente no quiere que su papá esté ahí y llora, su papá llora y todos al final terminamos llorando”. “No sabemos qué va a pasar de aquí al llegar a Navidad, pero en la condición que esté, asumiremos como familia lo que tengamos que asumir”, manifestó.