24 sept 2014

Defensoría del Pueblo aboga por Christian Holdack

La representante de la Defensoría del Pueblo María Eugenia Torres Dugarte verificó que Christian Holldack, uno de los tres estudiantes acusados junto con Leopoldo López por los hechos violentos ocurridos el 12 de febrero, sufre cefalea vascular grave y ayer consignó un informe ante la jueza 28ª de Juicio, Susana Barreiros, con el propósito de que reciba atención médica especializada.
Torres Dugarte estuvo el domingo y ayer en la sede de Polichacao, donde permanece recluido Holldack desde hace siete meses y diez días, y presenció la evaluación que le hicieron dos médicos de Salud Chacao.
“Cuando fue detenido lo golpearon muchas veces y muy fuerte en la cabeza,  y a la semana comenzó a sufrir fuertes dolores. Salud Chacao lo ha atendido muchas veces, pero estos últimos días su situación se ha agravado. No se ha podido levantar de la cama, ni siquiera para recibir visitas”, relató la esposa, Aurora Armesto.

El estado de salud de Holldack le impidió comparecer ante el tribunal y por ello se difirió para el 30 de septiembre la quinta sesión del debate oral y público.
 Se espera que en las próximas horas la jueza Barreiros se pronuncie sobre las gestiones de la Defensoría del Pueblo a favor del estudiante de 34 años de edad, que cursaba Diseño y Arquitectura Interior en el Instituto Centro de Diseño Digital. Desde julio la defensa ha pedido que sea juzgado en libertad, como los otros tres estudiantes acusados: Marco Coello, Demian Martín y Ángel González.
La cefalea vascular grave que le han diagnosticado a Holldack se suma a otros síntomas que tienen alarmada a su familia: hipertensión, desorientación, fotofobia, nauseas y desequilibrios hepáticos. “Estamos asustados porque un médico amigo nos dijo que podía sufrir un accidente cerebrovascular”, dijo la esposa.
Con los ojos enrojecidos por el llanto, Willy Holldack, padre del estudiante, esperaba sentado en un banco que la jueza Barreiros decidiera a favor de su hijo. Jeneth Frías, la madre de Bassil Da Costa, uno de los asesinados el 12 de febrero, permanecía a su lado: “A este señor no lo voy a desamparar en este momento. Juntos somos más fuertes”.