Dibujo de Gabriel Valles
Sumarium.- Desde los
calabozos del Sebin de Plaza Venezuela, el dirigente estudiantil Lorent Saleh
se refirió a la Ley de Amnistía próxima a aprobarse en la AN.
“Cuando hablamos de Amnistía y Reconciliación no debemos pensar sólo en
libertad, sino en desechar la violencia y la represión para rescatar la
política e iniciar un nuevo capítulo de paz y entendimiento”, reza el escrito
divulgado por su madre, Yamile Saleh Rojas.
El mensaje fue acompañado por un dibujo del también
preso Gabriel Valles.
EL TEXTO ÍNTEGRO
“La gobernación pacífica es un valor
civilizado comparado con la anarquía o con el ejercicio arbitrario del poder”
(Crick, 2001). Es evidente que quienes gobiernan Venezuela desde 1998 han
agudizado su preferencia por el uso de la violencia y las prácticas
arbitrarias para mantener el poder. La mejor muestra somos quienes nos
encontramos tras las rejas en abierta violación a nuestros Derechos Humanos
Lo peor es que pasan de 70 los casos de opositores secuestrados por las
fuerzas de seguridad del Estado. Cada caso es una realidad aberrante, un
sufrimiento familiar y una muestra de incapacidad política. Sería ingenuo
creer que quienes fueron formados en cuarteles o en escuelas comunistas harían
uso de la política para gobernar.
Por Política entendemos la actividad mediante la cual se mantiene el
orden de manera pacífica en una sociedad, lo cual se logra a través de la
conciliación entre grupos diversos de intereses que se reconocen entre sí. El
ejercicio del poder no debe ser confundido con la política; no todos los
dirigentes sociales o quienes se interesan en lo público son precisamente
políticos.
Político es aquel que tiene capacidad de diálogo y ha cultivado la
sabiduría necesaria para lograr acuerdos con quienes naturalmente piensan
distinto a él, en beneficio del colectivo. Ahora bien, se puede decir que ha
sido la ausencia de la política en la dinámica pública venezolana y la
preferencia por la violencia institucional, el terrorismo estatal y la
incapacidad de reconocimiento de las distintas fuerzas, lo que ha causado este
retroceso social al cual llamamos crisis.
En medio de este panorama, hoy muchos se preguntan por qué el proyecto
de “Amnistía y Reconciliación” es prioridad.
Tomando en cuenta que la mejor manera de gobernar es a través del
consenso político, no podemos ver este proyecto sólo como una
herramienta legal para “liberar presos políticos“, sino como parte de un
proceso necesario para encaminarnos hacia la democracia y el desarrollo. Como
bien decía el politólogo Samuel Huntington, “Dos grupos que se consideran sólo
como enemigos irreconciliables, no pueden construir la base de una comunidad”.
Con gran esfuerzo
la MUD ha dado ejemplo de cómo manejar las diferencias y sus intereses en
beneficio del bien superior, y lo demostró con la escogencia de la Directiva de
la AN y el rescate del decoro en el Legislativo.
Además, confieso que cuando me informaban de la
desesperada jugada del TSJ, no estaba seguro de cuál podía ser la mejor
estrategia que debía tomar la MUD, pero fue precisamente una respuesta política
que pude entender mejor al desarrollarse los acontecimientos y estudiar la
historia democrática venezolana.
Se demostró que en la política perdiendo también se gana; no se debe
temer a retroceder un paso frente al adversario si es en aras de mantener el
terreno de debate y diálogo. Quiénes nos dedicamos a lo público sabemos que
esto es difícil de aprender.
Cuando hablamos de Amnistía y Reconciliación no debemos pensar sólo en
libertad, sino en desechar la violencia y la represión para rescatar la
política e iniciar un nuevo capítulo de paz y entendimiento.