Activista
Causa de la detención
“Me presenté en el SEBIN (El Helicoide) el 17 de
agosto de 2015, para servir como testigo en el caso
del homicidio de la señora Liana Hergueta,
cometido por José Pérez Venta, a quien conocía.
Después de estar allí dentro, me di cuenta que la
situación era totalmente distinta, pues a mí y a
otras tres personas nos acusaban de financiar un
futuro intento de homicidio en contra de la hija de
Diosdado Cabello, Daniela Cabello.
Al final, después de once días secuestrado, fui
acusado de
‘financiamiento al terrorismo
’. Estuve
preso durante dos años, cuatro meses y seis días,
siendo liberado el 23 de diciembre de 2017 después
de las reuniones en República Dominicana.”
¿Cuáles fueron sus actividades dentro del centro
penitenciario?
“Una de las actividades que podíamos realizar
dentro de ese barco a la deriva era leer, leer
muchísimo, ya que las actividades físicas como tal,
por lo menos yo no las podía desarrollar gracias a
las torturas propinadas por funcionarios del
SEBIN, como lo son el Comisario José Raga, alias
“
gancho '
e ropa
”
, el Comisario Richard Centeno,
alias
“Pachuco
”
, el Comisario Carlos González, alias
“Ricochette”, el Inspector Jefe Cermeño, alias
“
cara
'
e piedra
”
, el Inspector Javier, alias
“Paquistán”
, el
Detective Humberto, alias
“
el Amarillo
”
, y otro grupo
del cual no recuerdo sus nombres. Todos ellos que
profesan ser evangélicos y testigos de Jehová, que
torturan con la biblia en la mano, imitando a los
templarios, pero en nombre de Dios y la revolución.
También escribía mucho, porque soy de los que
piensa que en la escritura y la lectura podían
formarme más a nivel político. Jugábamos cualquier
tipo de juego de mesa (cuando había luz, ya que se
había quemado un transformador y era más el
tiempo a oscuras que con luz eléctrica)...
y la actividad que mayormente hacíamos era
hablar con los funcionarios: explicarles su labor
como violadores de derechos humanos dentro de
esa institución. Hoy muchos de ellos han desertado
y se encuentran fuera del país.”
¿Qué le ayudaba a sobrevivir en prisión?
“En aquel momento tenía sólo un hijo, y fue mi
pilar para mantenerme en pie, a pesar de las
afecciones de salud. Mi padre, mi madre y mi
esposa junto a mi hijo fueron la fuerza, la
motivación para continuar. Esa bujía que llenaba de
energía mi mente. En estos casos, la familia es el
motor fundamental. Sin ella, es más difícil
sobrellevar una injusticia como la vivida por
nosotros, quienes fuimos y quienes son presos
políticos de la dictadura venezolana.”
¿Qué persona marcó su tiempo de detención y por
qué?
“No es sólo una persona, fueron muchas, por la
convivencia y la cotidianidad. El profesor Carlos
Pérez, a quien nuevamente mantienen preso de
manera injusta, fue uno de ellos. Era como la
columna que me hacía falta, siempre con una
palabra de consuelo y una oración para los
momentos difíciles.
Joshua Holt, un norteamericano con el que hicimos
una gran amistad. Hoy por hoy lo considero mi
hermano menor, un joven que, a pesar de estar
preso por amor, nunca dejaba de tener un sonrisa
a pesar de su mal humor.
Juan Giraldo, con quién compartí dos años de
batalla a quien le agradezco muchas cosas.
El capitán de la Guardia Nacional, Eddy Montero.
Una persona humilde quien me enseñó el valor de
una amistad.
Hay otros que no puedo mencionar pero siempre
estaban ahí, reja a reja, aguantando los embates del
viaje en ese barco llamado El Helicoide.”
¿Cuál momento, durante su estancia en la prisión,
no olvidará?
“Los días que me torturaron. Tenía que salir a
donde estaban mis compañeros sin que se dieran
cuenta de lo que me había pasado, ya que me
amenazaban con hacerle lo mismo a ellos. Es
primera vez que lo comento, creo que ya no tiene
sentido ocultarlo. ¡Otra cosa que jamás podré
olvidar es el olor! un olor a maldad, a pecado, a
ineficiencia, pero sobretodo, un olor a muerte y lo
traduzco a olores, pues fuimos testigos de torturas
inimaginables, las cuales, después de suceder,
dejaban un olor a miedo y muerte, literalmente.”
¿Cuál fue su aprendizaje de vida?
“Aprendí que no hay que temer a los errores, pues
somos humanos. Que la adversidad llega cuando
uno menos la espera, y que en cada uno de
nosotros está el salir adelante. Comprender los que
me pasó y continuar la vida, pues quien permanece
allá adentro en su mente, jamás podrá vivir la vida
a plenitud.”
¿Qué promesa se hizo que cumpliría una vez que
recuperase su libertad?
“Promesa no: juramento. Me juré que al salir de esa
prisión seguiría trabajando, día a día, para lograr la
caída del régimen. No me detuve un instante, tanto
así que hoy soy un perseguido y exiliado más.
También me juré que nunca más volvería a ese
lugar, aun así dejase mi vida en ello. Hoy soy un
activista de la libertad. Si alguien me pregunta qué
rango tendría entre los libertadores, yo diría que
soy un recluta más esperando la batalla para
liberar nuestra tierra.”
¿Qué mensaje daría al mundo?
"Mi mensaje al mundo, en especial a
Latinoamérica, es que podemos ser el continente
número uno del planeta. Sólo debemos estar
atentos a que no ocurra jamás lo que ocurre en
Venezuela. No es un problema de izquierda o
derecha: el problema es llevar al poder a antilíderes de la democracia que se disfrazan de
pueblo para obtener riquezas personales y no
colectivas...
Si nuestros pueblos son ricos, nosotros también; y
no ricos en cuentas bancarias, sino en educación,
cultura, deporte, salud… Esa es la verdadera riqueza
que necesitan nuestros pueblos, lo demás se
obtiene bajo el sacrificio y el trabajo individual.
Seamos libres pueblos del mundo. Ya nuestra gente
ha sufrido demasiado con guerras, persecuciones,
desapariciones de todo tipo. Es hora que el mundo
sea libre, y siendo libres viviremos en paz.”
Algo que quiera agregar...
"A las ONG de derechos humanos, a los abogados
y a los activistas por la libertad: no desmayen,
porque Venezuela los necesita. Nosotros los
venezolanos los necesitamos. Sin ustedes, el
sufrimiento de los privados de libertad sería una
multiplicación con resultados inentendibles. En la
fragua y en el calor de la lucha por la libertad de
Venezuela, ustedes tienen el papel protagónico.
Sigan adelante y gracias por su colaboración, son
unos héroes. En especial a mí abogado, el doctor
Carlos Daniel Moreno, a la doctora Jackeline
Sandoval, a los abogados Alonso Medina Roa...
Ana Leonor Acosta, Nohelia Álvarez, y a quienes
me ayudaron mientras estaba en esa mazmorra.
También a Jesús
“
el abuelo
” Marcano, Guillermo
“Shalom” Ibáñez, a mi flaca, Evelyn Arteaga, y a
muchos compañeros que estuvieron durante el
viaje.
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