9 sept 2019

HISTORIAS DE INJUSTICIAS (11): HECTOR ALEJANDRO ZERPA

Héctor Alejandro Zerpa 
Activista



Causa de la detención 

“Me presenté en el SEBIN (El Helicoide) el 17 de agosto de 2015, para servir como testigo en el caso del homicidio de la señora Liana Hergueta, cometido por José Pérez Venta, a quien conocía. Después de estar allí dentro, me di cuenta que la situación era totalmente distinta, pues a mí y a otras tres personas nos acusaban de financiar un futuro intento de homicidio en contra de la hija de Diosdado Cabello, Daniela Cabello. Al final, después de once días secuestrado, fui acusado de ‘financiamiento al terrorismo ’. Estuve preso durante dos años, cuatro meses y seis días, siendo liberado el 23 de diciembre de 2017 después de las reuniones en República Dominicana.” 

¿Cuáles fueron sus actividades dentro del centro penitenciario? 

“Una de las actividades que podíamos realizar dentro de ese barco a la deriva era leer, leer muchísimo, ya que las actividades físicas como tal, por lo menos yo no las podía desarrollar gracias a las torturas propinadas por funcionarios del SEBIN, como lo son el Comisario José Raga, alias “ gancho ' e ropa ” , el Comisario Richard Centeno, alias “Pachuco ” , el Comisario Carlos González, alias “Ricochette”, el Inspector Jefe Cermeño, alias “ cara ' e piedra ” , el Inspector Javier, alias “Paquistán” , el Detective Humberto, alias “ el Amarillo ” , y otro grupo del cual no recuerdo sus nombres. Todos ellos que profesan ser evangélicos y testigos de Jehová, que torturan con la biblia en la mano, imitando a los templarios, pero en nombre de Dios y la revolución. También escribía mucho, porque soy de los que piensa que en la escritura y la lectura podían formarme más a nivel político. Jugábamos cualquier tipo de juego de mesa (cuando había luz, ya que se había quemado un transformador y era más el tiempo a oscuras que con luz eléctrica)... y la actividad que mayormente hacíamos era hablar con los funcionarios: explicarles su labor como violadores de derechos humanos dentro de esa institución. Hoy muchos de ellos han desertado y se encuentran fuera del país.” 

¿Qué le ayudaba a sobrevivir en prisión? 

“En aquel momento tenía sólo un hijo, y fue mi pilar para mantenerme en pie, a pesar de las afecciones de salud. Mi padre, mi madre y mi esposa junto a mi hijo fueron la fuerza, la motivación para continuar. Esa bujía que llenaba de energía mi mente. En estos casos, la familia es el motor fundamental. Sin ella, es más difícil sobrellevar una injusticia como la vivida por nosotros, quienes fuimos y quienes son presos políticos de la dictadura venezolana.” 


¿Qué persona marcó su tiempo de detención y por qué? 

“No es sólo una persona, fueron muchas, por la convivencia y la cotidianidad. El profesor Carlos Pérez, a quien nuevamente mantienen preso de manera injusta, fue uno de ellos. Era como la columna que me hacía falta, siempre con una palabra de consuelo y una oración para los momentos difíciles. Joshua Holt, un norteamericano con el que hicimos una gran amistad. Hoy por hoy lo considero mi hermano menor, un joven que, a pesar de estar preso por amor, nunca dejaba de tener un sonrisa a pesar de su mal humor. Juan Giraldo, con quién compartí dos años de batalla a quien le agradezco muchas cosas. El capitán de la Guardia Nacional, Eddy Montero. Una persona humilde quien me enseñó el valor de una amistad. Hay otros que no puedo mencionar pero siempre estaban ahí, reja a reja, aguantando los embates del viaje en ese barco llamado El Helicoide.” 

¿Cuál momento, durante su estancia en la prisión, no olvidará?

“Los días que me torturaron. Tenía que salir a donde estaban mis compañeros sin que se dieran cuenta de lo que me había pasado, ya que me amenazaban con hacerle lo mismo a ellos. Es primera vez que lo comento, creo que ya no tiene sentido ocultarlo. ¡Otra cosa que jamás podré olvidar es el olor! un olor a maldad, a pecado, a ineficiencia, pero sobretodo, un olor a muerte y lo traduzco a olores, pues fuimos testigos de torturas inimaginables, las cuales, después de suceder, dejaban un olor a miedo y muerte, literalmente.” 

¿Cuál fue su aprendizaje de vida? 

“Aprendí que no hay que temer a los errores, pues somos humanos. Que la adversidad llega cuando uno menos la espera, y que en cada uno de nosotros está el salir adelante. Comprender los que me pasó y continuar la vida, pues quien permanece allá adentro en su mente, jamás podrá vivir la vida a plenitud.” 

¿Qué promesa se hizo que cumpliría una vez que recuperase su libertad? 

“Promesa no: juramento. Me juré que al salir de esa prisión seguiría trabajando, día a día, para lograr la caída del régimen. No me detuve un instante, tanto así que hoy soy un perseguido y exiliado más. También me juré que nunca más volvería a ese lugar, aun así dejase mi vida en ello. Hoy soy un activista de la libertad. Si alguien me pregunta qué rango tendría entre los libertadores, yo diría que soy un recluta más esperando la batalla para liberar nuestra tierra.” 

¿Qué mensaje daría al mundo? 

"Mi mensaje al mundo, en especial a Latinoamérica, es que podemos ser el continente número uno del planeta. Sólo debemos estar atentos a que no ocurra jamás lo que ocurre en Venezuela. No es un problema de izquierda o derecha: el problema es llevar al poder a antilíderes de la democracia que se disfrazan de pueblo para obtener riquezas personales y no colectivas... Si nuestros pueblos son ricos, nosotros también; y no ricos en cuentas bancarias, sino en educación, cultura, deporte, salud… Esa es la verdadera riqueza que necesitan nuestros pueblos, lo demás se obtiene bajo el sacrificio y el trabajo individual. Seamos libres pueblos del mundo. Ya nuestra gente ha sufrido demasiado con guerras, persecuciones, desapariciones de todo tipo. Es hora que el mundo sea libre, y siendo libres viviremos en paz.” 

Algo que quiera agregar... 

"A las ONG de derechos humanos, a los abogados y a los activistas por la libertad: no desmayen, porque Venezuela los necesita. Nosotros los venezolanos los necesitamos. Sin ustedes, el sufrimiento de los privados de libertad sería una multiplicación con resultados inentendibles. En la fragua y en el calor de la lucha por la libertad de Venezuela, ustedes tienen el papel protagónico. Sigan adelante y gracias por su colaboración, son unos héroes. En especial a mí abogado, el doctor Carlos Daniel Moreno, a la doctora Jackeline Sandoval, a los abogados Alonso Medina Roa... Ana Leonor Acosta, Nohelia Álvarez, y a quienes me ayudaron mientras estaba en esa mazmorra. También a Jesús “ el abuelo ” Marcano, Guillermo “Shalom” Ibáñez, a mi flaca, Evelyn Arteaga, y a muchos compañeros que estuvieron durante el viaje.

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